Consumir y desechar aparatos electrónicos a un ritmo vertiginoso forma parte de nuestra vida cotidiana. Según la ONU, en 2022 se produjeron 62 millones de toneladas de basura tecnológica, una cifra que aumenta cada año. Este ritmo de generación de residuos es un problema global para el planeta y para quienes lo habitamos. A nivel ecológico, fabricar y destruir dispositivos a esta velocidad supone la sobreexplotación de recursos minerales, la contaminación de aguas y suelos con metales pesados, y la liberación de gases tóxicos. Esta degradación medioambiental equivale a destruir el hábitat de especies animales y vegetales, y fuerza a ciertas comunidades humanas a abandonar su hogar. A nivel social, la extracción de ciertos minerales como el coltán está directamente
relacionada con conflictos armados de larga e intensa duración. Además, los residuos electrónicos no son fácilmente reciclables y muchos países no cuentan con una regulación al respecto. El manejo incorrecto de sus materiales deriva en graves consecuencias para la salud.

El alumnado de 3º de ESO del IES Navarro Villoslada ha creado esta instalación artística para invitar a la reflexión. Desde la materia de Educación Plástica, Visual y Audiovisual, y en el marco de Escuelas Solidarias, nos invitan a observar y a posicionarnos sobre el tema.